Las personas encargadas de la toma de decisiones en las instituciones, deben poseer información suficiente y válida, lo cual envuelve tener amplio conocimiento de cuál es la posición financiera de la empresa, en lo comercial, industrial, etc. Todo esto lleva a una correcta planeación para conseguir los objetivos propuestos y así poder plantear políticas eficientes en las diferentes áreas de su accionar, es decir políticas financieras, de crédito y cobros, de inventarios, etc.
Cuando se está en presencia del efecto de inflación en una organización, toda esa función se vuelve más compleja e incierta. En este sentido, la gerencia debe desarrollar la habilidad de tomar medidas que neutralicen las consecuencias de la inflación y poder tomar decisiones atinadas, aún en una situación de inestabilidad e incertidumbre como lo es un período inflacionario.
Uno de los aspectos más relevantes generados por los efectos de la inflación con respecto al proceso de toma de decisiones, es la distorsión que se presenta en la información contable. Tanto en el balance general como en el estado de resultados de la empresa, se provoca un profundo impacto, que va a impactar fuertemente las decisiones estratégicas de la empresa, como por ejemplo todo lo relacionado con precios, endeudamiento, liquidez, dividendos e inversión.
Si se utiliza esta información en forma indebida, facilitada principalmente por la contabilidad, nos puede inducir a errores en la toma de decisiones, sobre todo en políticas de planeación, de precios, dividendos, entre otros. Las organizaciones deben acudir a técnicas apropiadas para enfrentar la inflación y poder obtener información no sesgada.
Existe una serie de agentes externos que inciden en los resultados de las empresas, principalmente por efecto de la inflación. Por lo anterior, todas las operaciones realizadas en una organización, en un período dado de tiempo, deben ser sometidas a un proceso de ajustes por inflación, con el propósito de que las cifras proyectadas, se expresen en una moneda del mismo poder adquisitivo. Adicionalmente, para fines comparativos, los estados financieros deben ser actualizados de un año a otro, después de haber sido ajustados por inflación.
Esta situación puede generar que si efectuamos un análisis financiero y procedamos a aplicar algún de tipo de razones financieras a la información contable, las mismas no puedan ser calculadas con las cifras presentadas en los estados financieros, sino que deban ser sometidas a una depuración o "corrección" adicional, para que la interpretación de tales resultados no esté distorsionada y conduzca a juicios erróneos y toma de decisiones equivocas.